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Millones de personas que alquilan propiedades en Inglaterra pronto estarán protegidas contra los desalojos «sin culpa», cuando se prohíban los avisos según el «artículo 21». Ahora, los propietarios pueden dar a los inquilinos un aviso con ocho semanas de antelación cuando finaliza un contrato de alquiler de duración fija.

Para los inquilinos, este cambio supone un alivio: muchos han sido desalojados después de quejarse a sus propietarios sobre el estado de su vivienda. Por el contrario, los propietarios tendrán que proporcionar una «razón concreta y probada ya especificada en la ley» antes de presentar un aviso de desalojo. Ya se han anunciado planes similares en Escocia y Gales.

Las nuevas regulaciones aportarán mayor estabilidad al mercado de alquiler, aseguró James Brokenshire, Secretario de Vivienda, que prometió que los propietarios, no obstante, tendrían una «compensación rápida» si necesitaban acceder a su vivienda para venderla o para vivir en ella.

La Primera Ministra Theresa May dijo que el cambio protegerá a los inquilinos responsables frente a «comportamientos poco éticos» y les ofrecerá la «certidumbre y tranquilidad a largo plazo que merecen».

La proporción de hogares ingleses alquilados por propietarios privados ha aumentado considerablemente en los últimos años, ya que los altos precios de la propiedad y el estancamiento de los salarios han motivado que la propiedad quede fuera del alcance de muchas personas, especialmente de las más jóvenes.

Algunos propietarios no han acogido bien la derogación de los avisos según el artículo 21. Aseguran que podría afectar negativamente a la viabilidad de sus negocios, ya que desconfían de los tribunales para aplicar los desalojos según el artículo 8, donde los inquilinos pueden ser desalojados por no pagar el alquiler, por ejemplo.

La Asociación Nacional de Propietarios recomienda que se refuerce el artículo 8 para proteger los medios de subsistencia de los propietarios.