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Según un informe reciente, los alquileres residenciales en Londres aumentarán tres veces más rápido que los precios de venta de las viviendas durante los próximos cinco años. Este informe prevé que los arrendatarios tendrán que pagar un 15,9 por ciento más de media en 2023, en comparación con el aumento del 4,5 por ciento en el valor de las viviendas.

La incertidumbre económica, el elevado nivel de los depósitos y el impuesto de transmisiones, además de la cautela de los prestamistas y la oferta limitada de propiedades nuevas, contribuirán a esta tendencia.

«El sector del alquiler privado desempeñará un papel económico más importante que nunca, ya que ofrece flexibilidad y valor tanto a los inquilinos como a los arrendadores», afirma John Goodall, experto inmobiliario. «En medio de un panorama político y económico volátil, las dudas de los compradores y vendedores a la hora de actuar son totalmente comprensibles».

El mercado de alquiler en el centro de Londres ha puesto en marcha una nueva característica denominada «Prueba antes de comprar», gracias a la cual los posibles compradores alquilan una vivienda para ver si les gusta lo suficiente como para comprarla. Por sorpresa, esta característica ha ganado gran popularidad entre los compradores y los vendedores, lo que ha impulsado un mercado que había languidecido en los últimos años.

Los nuevos proyectos construidos para el alquiler también están demostrando ser muy populares en Londres, especialmente entre jóvenes profesionales y familias, que disfrutan de sus instalaciones comunitarias y la administración 24 horas. Estas ubicaciones pueden cobrar un precio superior a las conversiones normales en viviendas y están elevando el precio medio del alquiler en la capital.

Ryan Prince, comentarista inmobiliario, cree que esta tendencia del alquiler seguirá creciendo: «En particular, los jóvenes se replantearán su enfoque en relación con la vivienda y con asumir riesgos financieros como una hipoteca del 95 por ciento», afirma.