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Actualmente hay más personas con empleo en el Reino Unido que en cualquier otro momento de la historia, según las cifras de la Oficina Nacional de Estadística británica.

Entre noviembre de 2018 y enero de 2019 se registró la creación de más de 220 000 puestos de trabajo, y desde entonces la tasa de empleo se sitúa en el 76,1 %, la más alta desde que comenzó a registrarse en 1971. El desempleo actual es del 3,9 %, mientras que el número de personas económicamente inactivas alcanza los 8,55 millones, lo que supone un mínimo histórico en ambos casos.

Uno de los empleadores que más trabajos ha creado ha sido el Servicio Nacional de Salud (NHS), que en diciembre de 2018 contaba con 32 000 trabajadores más que un año antes. Tanto el sudeste como el suroeste de Inglaterra han experimentado un fuerte crecimiento del empleo, mientras que Londres presenta la mayor proporción de personas trabajado en el sector servicios.

Los economistas conjeturan que las empresas están contratando personal adicional en base al clima del mercado de hace varios meses: la incertidumbre económica provocada por el Brexit aún no se ha trasladado a las cifras de contratación. Además, para las empresas es más barato invertir en nuevos empleados, que siempre pueden dejar marchar si fuera necesario, que realizar gastos de capital en instalaciones y maquinaria, por ejemplo.

El crecimiento de los salarios del 1,4 % por encima de la inflación es una buena noticia para los empleados, pero resulta sorprendente dada la volatilidad económica mundial. Ofrece más opciones a los compradores de viviendas, que tienen mayor capacidad para pagar la entrada de un inmueble, lo que puede impulsar el mercado inmobiliario.

Una vez que se despeje la falta de claridad actual sobre la futura relación del Reino Unido con Europa, es probable que se produzca un fuerte aumento de la inversión, a medida que las empresas empiecen a invertir el dinero que han dejado parado durante los últimos meses.